Dentro de los géneros dramatúrgicos japoneses se encuentra el “Netorare”, que consiste en historias donde uno de los protagonistas en infiel. Esto no ocurre en una relación abierta, o bajo el consenso de un poliamor o similares. Sino que se trata de relaciones generalmente estables y respetuosas. Esto nos llevó a preguntarnos ¿Por qué nos gustan las historias de infidelidad? Los consumidores habituales de estas historias, pues, se regodean en ver como los “traidores” se dejan llevar por su subconsciente. A diferencia de los protagonistas quienes se ven en problemas morales asfixiantes.
Y mencionamos a la dramaturgia nipona porque ellos son los únicos que han desarrollado un género específico. Si bien las historias occidentales también barajan infidelidades, la forma de abordarlos es muy diferente. Por no decir que muchas veces, no es más que una nimiedad. Situación muy diferente en la vida real donde mucha gente comete un montón de atrocidades a ellos mismos y otros.
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Las historias de infidelidad como reflejo de conductas humanas.
En su artículo “Both sides of the story: Narratives of romantic infidelity”. Investigadores de la Universidad de Baskent en Ankara, Turquía, sostienen algunas características importantes del fenómeno. De entrada, los hombres sienten “más doloroso” cuando la infidelidad involucra relaciones sexuales. Mientras que, para las mujeres es más grave que su pareja y la amante… Se amen de verdad. Por otra parte, las motivaciones para ser infiel resultan poco claras, ya que las féminas “jalan” siempre que se vean seducidas. Los varones sencillamente están dispuestos a engañar si conocen a una mujer más hermosa que su pareja. Una conclusión interesante del trabajo, es que las féminas que crecieron en entornos conservadores. Están dispuestas a perdonar infidelidades, algo que sus contrapartes liberales no consideran.
Sobre los resultados… Investigadores de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, publicaron “Gender and jealousy: Stories of infidelity”. Demostraron que, la respuesta más frecuente entre los “cornudos” no es la ira, ni la decepción, sino la tristeza. Y es para evitar esta tristeza que existen los celos, un método del cerebro para “defender lo que es suyo”. Pero aún no descubrimos ¿Por qué nos gustan las historias de infidelidad?
La infidelidad en la cultura popular.
Cuando Bill Clinton fue presidente de los Estados Unidos, tuvo un escándalo ajeno a la política, economía o demás. La atención mediática llegó porque el mandatario le fue infiel a Hilary Clinton. Todavía peor, la “otra mujer” era Mónica Lewinsky, una estudiante de 20 años que ejercía como secretaria. Tan grande fue el lío que el FBI estudió un vestido de la chica donde hallaron semen de Clinton. Y justo como lo sugirió el primer estudio citado, la mujer criada en un ambiente conservador, lo perdonó. En su artículo “Clinical Implications for Working with Couples Experiencing Infidelity”. Kristen Okrzesik recoge esta cita;
“For the public, the attraction [of infidelity] lies more in the sordid details and often bizarre twists of these kinds of relationships; after all, realities of infidelity in public life range from broken hearts to murder to exposures and resignations of high-profile leaders. (p. 183)//Para el público, el atractivo [de la infidelidad] reside más en los detalles sórdidos y los giros a menudo extraños de este tipo de de relaciones; después de todo, las realidades de infidelidad en la vida pública van desde corazones rotos, asesinatos, revelaciones y dimisiones de líderes de alto nivel. líderes de alto nivel. (p. 183)”.
De modo que lo atractivo de estas historias, no es la infidelidad en sí misma. Sino que es uno de los incidentes incitadores más queridos desde tiempos inmemorables. Es decir, no es que la sociedad ya no perciba el compromiso sentimental como algo serio. Como si lo sugiere esta publicación de aquí. Sino que lo aprecian con fines estrictamente dramatúrgicos.
Respuestas de internautas.
La explicación de arriba es todo lo que la literatura pertinente nos ofreció. Explica que es un plot tuist inagotable, pero nosotros creemos que no está a la altura de la pregunta. Así que decidimos recoger información de los debates que hay sobre esto en internet. En esta publicación de Reddit, por ejemplo, explican que cambiar la rutina es algo emocionante, englobándolo como “aventura”. Un usuario diferente opina que se trata de un “ingrediente” que revela la parte más siniestra de un personaje. Justo como el poder lo hizo con Walter White, o el anonimato con los personajes de Ready Player One.
Por último, un usuario sugiere que el cine no está glorificando una actitud. Sino que se trata de algo que las audiencias han querido hacer desde hace tiempo. Pero no se lo han permitido justamente para no “fallarle” a sus parejas. De esta manera, la única forma que tienen para ser infiel sin las consecuencias mencionadas arriba, es consumiendo netorare. Otro debate de Reddit que puedes leer aquí. Concluye en que no se está romantizando la infidelidad, sino que sencillamente se está normalizando. Esto bajo la excusa de que “todos son infieles”. Tal parece que esta nota sólo funcionará para que alguien más agregue información al tema. ¿Qué opinas tú? ¿En qué radica el éxito de las historias de infidelidad?
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