La tecnología militar tiene en su haber múltiples modelos de vehículos anfibios. Incluso en México hay un par con un blindaje excepcional. Pero nadie había pensado en las aplicaciones que éstas carrocerías tendrían en el turismo. Buscando innovaciones en materia de movilidad la firma estadounidense Cool Amphibious Manufacturers International (CAMI). Desarrolló el “Terrawind” un autobús que se convierte en barco. Por fuera tiene la fachada típica de un camión ordinario. Aunque su diseño de interiores conserva los lujos de un yate.
El gran rendimiento de su motor de diésel. Permite que esta bestia corra a 130 km/H y nade a 13 km/h equivalentes a 7 nudos. Es oportuno señalar que resiste el oleaje de un lago tranquilo, no es sabido si podría contra la salinidad marina. Su precio inicial es de 850 mil dólares norteamericanos. Curiosamente, John Glijam nunca terminó la secundaria, pues la precariedad en que creció lo obligó a trabajar desde temprano. Sin embargo, los vehículos de la granja familiar siempre se averiaban y fue él quien improvisaba las composturas
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Granjero iletrado crea 1 autobús que se convierte en yate.
Desde 1990, el matrimonio Glijam (Julie y John) han desarrollado vehículos anfibios en Carolina del Sur. Y ahora que sus clientes son los hombres y mujeres más acaudalados del sitio. Quisieron recrear los lujos de la caravana Vixen que reinó el mercado durante los 80’s. Pero que pudiese sumergirse. El resultado es “Terra Wind” un fierro de 15 toneladas y media cuya adaptación de tierra a lago es imperceptible por los pasajeros. Una vez que llega al terreno acuoso, es propulsado por unas hélices de bronce de 19 pulgadas.
Sus interiores están hechas de cuero para que la gente disfrute su estancia. La madera es de roble, el suelo es mármol e incluso tiene un jacuzzi incluido. De esa manera pueden viajar hasta 40 personas, quien lo compre puede solicitar a un arquitecto para mejorar la experiencia.
Para tener toda la estabilidad posible, las cosas pesadas como las hélices (que están recubiertas) y el motor. Se encuentran en la parte de abajo. Durante su cambio de embarcación a vehículo terrestre, lógicamente entra agua al equipo. Sin embargo, esta es velozmente expulsada por 4 bombas internas. Su motor es el Caterpillar 3126E de diésel turboalimentado de 330 CV, tarda unos 45 segundos en conseguir los 100 km/h. Pese a ello, no parece un problema, ya que el propósito es disfrutar un paseo por el lago. No ganar una carrera.
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